Al principio son pequeños, pero en su discurrir se hacen más fuertes y profundos, y una vez han empezado ya no tienen vuelta atrás. Así sucede con los ríos, los años y las amistades.
Al principio son pequeños, pero en su discurrir se hacen más fuertes y profundos, y una vez han empezado ya no tienen vuelta atrás. Así sucede con los ríos, los años y las amistades.