Francesco Guicciardini (Florencia, 6 de marzo de 1483 – Arcetri, 22 de mayo de 1540) fue un filósofo, historiador y político italiano. Se considera comúnmente a Guicciardini como el padre de la historiografía moderna, por su empleo pionero de documentos oficiales con el fin de verificar los contenidos de su leída Historia de Italia. Hasta 1857 la reputación de Guicciardini se basó en la Historia de Italia y algunos extractos de los aforismos recogidos en sus Ricordanze. En 1857 sus descendientes, los condes Piero y Luigi Guicciardini, abrieron los archivos familiares y encargaron a Giuseppe Canestrini publicar, en 10 volúmenes, sus memorias. Entre estas Opere inedite se encontraban íntegros, por primera vez tras más de tres siglos desde su concepción, los Ricordi politici e civili, colección de escritos polémicos por su denuncia de la corrupción que imperaba en el clero, la curia romana y el papado del Cinquecento (se refiere a ellos como «una agrupación de malvados») y por su crítica a los teólogos y milagreros de su tiempo.