Si tuviese que contarle hoy mi vida a alguien,
podría hacerlo de tal manera que me verían como
a una mujer independiente, valiente y feliz.
Nada de eso: Me está prohibido mencionar la
única palabra que es mucho más importante que
los once minutos: AMOR
Durante toda mi vida he entendido el amor como
una especie de esclavitud consentida. Es mentira:
La libertad sólo existe cuando él está presente.
Aquel que se entrega totalmente, que se siente
libre, ama al máximo. Y el que ama al máximo
se siente libre.
Por eso, a pesar de todo lo que pueda vivir,
hacer, descubrir, nada tiene sentido. Espero que
este tiempo pase de prisa, para poder volver a la
búsqueda de mí misma, bajo la forma de un hombre
que me entienda, que no me haga sufrir.
¿Pero qué tonterías estoy diciendo?
En el amor, nadie puede machacar a nadie;
cada uno de nosotros es responsable de lo que siente,
y no podemos culpar al otro por eso.
Me sentí herida cuando perdí a los hombres de los que me enamoré.
Hoy, estoy convencida de que nadie pierde a nadie,
porque nadie posee a nadie.
Ésa es la verdadera experiencia de la libertad:
Tener lo más importante del mundo sin poseerlo.
(Once minutos)
Pablo Coelho (Dramaturgo brasileño, 1947-actualidad)