La vida es como una caja de bombones. Esta cerrada y cuando la
abres encuentras algo dulce y amargo. La amargura la guardamos mucho tiempo si
nuestro corazón no sabe perdonar. La dulzura dura eternamente cuando el amor
hacia los demás es limpio y puro . Borra y desecha la crueldad, ama siempre
aunque a veces lo amargo sea el sabor que tengas en tu paladar. Yo esto lo
aprendí hace tiempo... Si no te gusta lo amargo elimínalo de tu
corazón seguro que así la caja la podrás terminar y Dios te ayudara a
encontrar esa felicidad en tu camino.