Rincón literario

 

 

 

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 La madre (Máximo Gorki)

 

 

Seguimos con otro autor ruso prerrevolucionario en una de las novelas más conocidas y logradas de la literatura de todos los tiempos.
En ella Gorki (cuyo verdadero nombre era Alexei Maximovich Pechkov , 1868-1936) no se limitó a hacer una descripción localista de la miseria en que se veía sumido el proletariado urbano de su país, sino que compuso un canto al ansia humana de emancipación, por encima de las barreras levantadas por el miedo y la represión.
Desarrollada en un estilo claro, directo, sin concesiones al detalle innecesario, en el

que los diálogos dramáticos priman sobre la descripción de ambientes, La madre está dotada de una extraordinaria capacidad para fomentar en el lector un ansia sin límites de libertad y de sed de justicia.

 

"Por la noche, cuando la madre estaba ya durmiendo y él leía en la cama, aparecieron los gendarmes y empezaron de nuevo a escarbar con enfado en todas partes, en el patio, en el desván…La madre permanecía sentada en un rincón, en silencio, sin apartar los ojos del rostro del hijo. Este intentaba ocultar su turbación, pero cuando el oficial se reía, movíanse sus dedos de un modo raro, y la madre se daba cuenta que le costaba trabajo no responder al gendarme y que soportaba sus burlas a duras penas.

Pável logró susurrarle al oído: “Me llevarán…”

Ella bajó la cabeza y contestó quedo: “Ya me doy cuenta”.

 

Se daba cuenta de que llevarían a la cárcel a su hijo por las palabras dichas a los obreros. Pero todos estaban de acuerdo con lo que había dicho él, y todos debían salir en su defensa; por consiguiente no le tendrían encerrado mucho tiempo…

Hubiera querido llorar, estrechar a su hijo entre sus brazos; pero junto a ella estaba el oficial, mirándola con los ojos entornados. Le temblaban los labios,

sus bigotes se estremecían. A Vlásova le pareció que aquél hombre esperaba sus lágrimas, sus suplicas y lamentos. Reuniendo todas sus fuerzas, procurando hablar lo menos posible, estrechó la mano de su hijo y, contenido el aliento, despacio, quedo, le dijo:

-         Hasta la vista, Pável…¿Llevas todo lo necesario?

-         Si, no pases pena…

 

Cuando se lo llevaron, sentase en el banco y, cerrados los ojos, empezó a llorar en silencio…  En el pecho iban enrollándosele, como un ovillo negro, la exasperación y el rencor contra las gentes que le quitaban el hijo a la madre por haber buscado la verdad."

 

 

Ansia sin límites de libertad y de sed de justicia junto con la búsqueda de la verdad son los temas que nos trae esta semana Gorki para nuestra reflexión. Como vemos en este fragmento, búsqueda de la verdad,

que con el respaldo de  "la madre" le cuesta la cárcel a su hijo.

En esta vida que nos ha tocado vivir, donde hay poco espacio para la introspección personal, debemos hacer una parada en nuestro camino, y ver qué posición en nuestra escala de valores tienen estos “principios”, y analizar hasta qué punto nos dejamos llevar por las corrientes sociales que inundan el mundo donde vivimos: el consumismo, la competencia, la agresividad, la insolidaridad, el hedonismo…

Aunque La madre refleja una situación social histórica y los movimientos que estaban gestando el cambio, el texto nos conduce también al ámbito

personal de búsqueda de nuestra verdad personal, de nuestro yo, de nuestra autenticidad,… nos plantea nuestra revolución personal, un paso hacia el conocimiento de nosotros mismos y al "vivir según somos", de acuerdo con nuestra verdad, con nuestros valores.

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