Rincón literario

 

 

 


 

 

Historia Universal de la Infamia (Jorge Luis Borges)

 

Jorge Francisco Isidoro Luis Borges (Buenos Aires, 24 de agosto de 1899 - Ginebra, 14 de junio de 1986) fue un escritor argentino y una de las glorias de las letras latinoamericanas así como figura literaria del siglo XX. Es conocido especialmente por sus cuentos, ensayos y su obra poética.

Borges, además de cuentos, escribió poesía, ensayos y una considerable cantidad de crítica literaria y prólogos. Editó numerosas antologías y fue un prominente traductor de inglés, francés y alemán (también tradujo trabajos de inglés antiguo y de noruego). Su ceguera, desarrollada al igual que su padre durante la edad adulta, influyó enormemente en su escritura posterior.

Entre sus intereses intelectuales destacan la mitología, la matemática, la teología,

la filosofía y, como integración de éstas nace el sentido borgiano de la literatura. Borges vivió la mayor parte

del siglo XX, por lo que vivió el período modernista de la cultura y la literatura, especialmente el simbolismo.

Su ficción es profundamente erudita, y siempre concisa.

"Historia de los dos que soñaron" (de las 1001 noches, noche 351): extraído de su libro Historia

Universal de la Infamia

 

"Cuentan los hombres dignos de fe (pero sólo Alá es omnisciente y poderoso y misericordioso y no duerme),

que hubo en El Cairo un hombre poseedor de riquezas, pero tan magnánimo y liberal que todas las perdió

menos la casa de su padre, y que se vio forzado a trabajar para ganarse el pan. Trabajó tanto que el sueño

lo rindió una noche debajo de una higuera de su jardín y vio en el sueño un hombre empapado que se sacó de

la boca una moneda de oro y le dijo: 'Tu fortuna está en Persia, en Isfaján; vete a buscarla'. A la madrugada siguiente se despertó y emprendió el largo viaje y afrontó los peligros de los desiertos, de las naves, de los piratas, de los idólatras, de los ríos, de las fieras y de los hombres. Llegó al fin a Isfaján, pero en el recinto de

esa ciudad lo sorprendió la noche y se tendió a dormir en el patio de una mezquita. Había, junto a la mezquita,

 

Scheherezade (pintado por Paul Emil Jacobs)

 

una casa y por el decreto de Dios Todopoderoso, una pandilla

de ladrones atravesó la mezquita y se metió en la casa, y las personas que dormían se despertaron con el estruendo de los ladrones y pidieron socorro. Los vecinos también gritaron,

hasta que el capitán de los serenos de aquel distrito acudió

con sus hombres y los bandoleros huyeron por la azotea. El

capitán hizo registrar la mezquita y en ella dieron con el

hombre de El Cairo, y le menudearon tales azotes con varas

de bambú que estuvo cerca de la muerte. A los dos días

recobró el sentido en la cárcel. El capitán lo mandó buscar y

le dijo: '¿Quién eres y cuál es tu patria?' El otro declaró: 'Soy

de la ciudad famosa de El Cairo y mi nombre es Mohamed El Magrebí'. El capitán le preguntó: '¿Qué te trajo a Persia?' El

otro optó por la verdad y le dijo: 'Un hombre me ordenó en un

sueño que viniera a Isfaján, porque ahí estaba mi fortuna. Ya

estoy en Isfaján y veo que esa fortuna que prometió deben

ser los azotes que tan generosamente me diste.

Ante semejantes palabras, el capitán se rió hasta descubrir las muelas del juicio y acabó por decirle: 'Hombre desatinado y crédulo, tres veces he soñado con una casa en la ciudad

de El Cairo en cuyo fondo hay un jardín, y en el jardín un reloj de sol y después del reloj de sol una higuera y

luego de la higuera una fuente, y bajo la fuente un tesoro. No he dado el menor crédito a esa mentira. Tú,

sin embargo, engendro de una mula con un demonio, has ido errando de ciudad en ciudad, bajo la sola fe de

tu sueño. Que no te vuelva a ver en Isfaján. Toma estas monedas y vete.'

El hombre las tomó y regresó a la patria. Debajo de la fuente de su jardín (que era la del sueño del capitán) desenterró el tesoro. Así Dios le dio bendición y lo recompensó y exaltó. Dios es el Generoso, el Oculto.

Este cuento puede hacernos reflexionar sobre el significado de lo que nos pasa y la lectura que hacemos de nuestros sucesos. No se si en un sueño, de manera indirecta se nos puede revelar nuestra fortuna, pero estando atentos podremos entender muchas cosas y atar cabos de manera inexplicable. ¿Casualidad, providencia, sincronicidad? Hay quien dice que la casualidad no existe, Jung lo llamaba sincronicidad (la relación simultánea entre una idea inconsciente y un hecho físico, de modo que uno no es causa del otro). Jung elaboró su teoría de la sincronicidad a partir de sus propias experiencias

de clarividencia en 1952 .

La teoría de la sincronicidad se basa en el relativismo de los conceptos de espacio y tiempo en la mente inconsciente , especialmente en el inconsciente colectivo . En el inconsciente colectivo las nociones de espacio y tiempo desaparecen y los hechos pueden aparecer simultáneamente fuera de toda lógica racional. llegando a decir que la

actividad de la mente inconsciente podía proyectarse en el mundo externo de los hechos. Existen innumerables ocasiones en la que nos encontramos con alguien a quien habíamos añorado la semana anterior, personas que aparecen en nuestra vida justo en el momento de compartir con ellas un proyecto. Hay sucesos, casualidades que cambian el curso de nuestra vida sin que sepamos por qué, ¿es la providencia?, ¿es un plano superior de nosotros mismos que condiciona nuestro subconsciente para alinear sucesos de una manera determinada? Puede que sea parte de ese 87% de nuestra mente que tenemos sin desarrollar; en cualquier caso si estamos atentos y aprendemos a interpretar los acontecimientos y en confiar en ese plano superior aceptando lo que nos sucede como parte del camino, a lo mejor no nos cueste encontrar ese camino hacia nuestra fortuna, aunque sea después de una somanta de palos, por lo que como el Magrebí del cuento, deberemos aceptarla de buen grado y darle la bienvenida. Sonríe pues, la vida es bella, dale la bienvenida a tus rutinas, tus agobios, tus problemas… que a buen seguro te acabarán llevando a buen puerto, aunque sea distinto del que imaginaste.

 

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