Rincón literario

 

 

 


 

 

 

 

   Fuego (Juan Gil-Albert)

 

 

Juan Gil-Albert, poeta, ensayista y crítico español nacido en Alcoy, Alicante, en 1904.
Estudió Derecho y Filosofía y Letras en Valencia. Publicó sus primeras obras en prosa en 1927,  y luego, gracias a su amistad con García Lorca, Cernuda, Jiménez y Chacel, entre otros, se puso en contacto con la poesía.

Publicó sus primeros poemas en 1936 convirtiendo su casa en el centro de los intelectuales republicanos.
Su dolorosa experiencia en la guerra civil lo aleja de su tendencia vanguardista, convirtiéndolo en un poeta  reflexivo e intimista. Se exilió en México y Argentina de 1939 a 1947. Al regresar a España, publicó varias obras entre las que se cuentan «El existir medita su corriente» en 1949 y «Concertar es amor» en 1951.
La década del setenta marcó su consagración definitiva, con obras tan importantes como su autobiografía en prosa, «Crónica general», «Fuentes de la constancia», «Las ilusiones», «Heraclés» en 1975, «Memorabilia» en 1975, «A los presocráticos» en 1976, y una nueva edición de «Breviarium vitae» en 1979.
En 1982 obtuvo el Premio de las Letras del País Valenciano
.
Falleció en 1994.

(haz click sobre la imagen)

 

   Reflexión

  

FUEGO.

 

Sentir la corriente de las fuentes nos devuelve al sentido de ser del Agua, porque somos agua.

 

Sentir la brisa de los vientos fuertes nos devuelve al sentido de ser del Aire, porque somos aire.

 

Sentir el paso de los caminos nos devuelve al sentido de ser de la Tierra, porque somos tierra.

 

Sentir la luz de las llamas y su movimiento nos devuelve al sentido de ser del Fuego, porque somos fuego.

 

Ser agua nos enseña a transcurrir entendiendo todos los recorridos como únicos, y a que es bueno dejar la fuente del corazón con su aliento.

 

Ser aire nos enseña a dejar en libertad los sueños y  a comprender que los sentimientos pueden volar muy lejos con la fuerza natural del tiempo.

 

Ser tierra nos enseña que la vida tendrá infinitos momentos, infinitos paisajes y que en todos ellos, en todos, habrá de encontrarse una libertad y un cielo abierto.

 

Ser fuego nos enseña aquello que nos mueve por dentro, el misterioso lugar donde se asientan los sentimientos, la energía vital que, sin quemarnos, arde con el hálito de un beso.

 

¿No sabes el secreto?, entonces…¡deja de serte por un momento¡

 

 

 Fjp.08

 
 
Página de inicio/ Frases

© Meditáldia, 2014