Rincón literario

 

 

 

 

 

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El viejo y el mar (Ernest Hemingway)

 

Santiago, un viejo pescador cubano se hace a la mar en un pequeño bote y después de muchos esfuerzos consigue vencer a un pez. En esta paradójica "amistad" entre el viejo y el pez, Hemingway nos plantea la voluntad de triunfar y superar obstáculos como un fin en si mismo. En realidad, lo importante no es ganar la batalla y tal vez es por ello que el desarrollo se enfoca en la contienda, en la lucha; y es que este viejo lucha por sus ideales hasta el final, como Don Quijote.

La soledad, la dura relación del hombre con la naturaleza, la afirmación del deseo de vivir a pesar de las frustraciones y desengaños, el sentimiento de muerte y la valentía física e intelectual, son algunas

de las trivialidades del día a día que se traslucen en su lectura. Es una metáfora de ánimo aplicable a nuestro vivir, es una reafirmación  del mirar hacia adelante, de esperanza y del "saber que se puede".

 

¿Cómo te sientes pez?- preguntó en voz alta-. Yo me siento bien y mi mano izquierda va mejor y tengo comida para una noche y un día. Sigue tirando del bote, pez. No se sentía realmente bien, porque el dolor que le causaba el sedal en la espalda había rebasado casi el dolor y pasado a un entumecimiento que le parecería sospechoso. – Pero he pasado cosas peores –pensó- . Mi mano solo está un poco rozada y el calambre ha desaparecido de la otra. Mis piernas están perfectamente. Y además ahora te llevo ventaja en la cuestión del sustento-.

...Ahora la brisa era fresca y navegaba bien. Vigilaba solo la parte delantera del pez y empezó a recobrar parte de sus esperanzas.
- Es idiota no abrigar esperanzas –pensó- . Además, creo que es un pecado. No pienses en el pecado –pensó-. Hay bastantes problemas ahora sin el pecado. Además, yo no entiendo eso.

...- No puedo fallarme a mi mismo y morir frente a un pez, como éste –dijo-. Ahora que lo estoy acercando tan lindamente. Dios me ayude a resistir.
Pero de nuevo sintió un vahído. Cogió un poco de agua de mar con la mano izquierda y se mojó la cabeza. Luego cogió más agua y se frotó la parte de atrás del cuello.
-No tengo calambres-dijo-.El pez estará pronto arriba y tengo que resistir. Tienes que resistir. De eso, ni hablar.

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