— Yo soy lo que es
cualquiera de nosotros, si escucha su corazón. Una
persona que se deslumbra ante el misterio de la
vida, que está abierta a los milagros, que siente
alegría y entusiasmo por lo que hace. Sólo que el
Otro, temiendo desilusionarse, no me dejaba actuar.
— Pero existe el
sufrimiento—dicen las personas del bar.
— Existen derrotas. Pero
nadie está a salvo de ellas. Por eso, es mejor
perder algunos combates en la lucha por nuestros
sueños que ser derrotado sin siquiera saber por qué
se está luchando.
— ¿Sólo esa? —preguntan las
personas del bar.
—Sí. Cuando descubrí eso,
decidí ser lo que realmente siempre deseé. El Otro
se quedó allí, en mi habitación, mirándome, pero no
lo dejé entrar nunca más, aunque algunas veces
intentó asustarme, alertándome de los riesgos de no
pensar en el futuro.
Aunque
siempre es enriquecedora la lectura de los
textos de Pablo Coelho, en esta ocasión lo
cierto es que cayó por casualidad en mis
manos este "A
orillas del río Piedra me senté y lloré"
(haz
click sobre el titulo para acceder al libro),
empecé a leerlo y no pude dejarlo hasta que
lo terminé el mismo día, no tiene mucho
mérito ya que el libro solo tiene 50
páginas.
A lo largo
de su lectura encontré muchos fragmentos que
podrían haber sido motivo de un rincón, pero
finalmente me decidí por este, ya que
encarna en su brevedad toda el alma de esta
historia.
Que
disfrutéis de este relato y de todo el libro
si finalmente os decidís a leerlo y que
aprendamos a dejar al Otro fuera de
nuestra vida.
LH
septiembrel 2011